Relaciones entre profesionales
Las relaciones profesionales, se establecen en primer lugar con los colegas de su propia profesión, pero también con profesionales de otras profesiones con quienes colaboran o entran en competencia. Así como también, las relaciones profesionales que se fijan con sus respectivos jefes. En cuanto a las relaciones entre los miembros de la misma profesión, se comienza de la premisa de que, nadie ejerce una profesión mínimamente consolidada y reconocida si él es el único profesional. En vínculo que une a los profesionales es distinto y más fuerte, ser profesional es pertenecer a un cuerpo colectivo de profesionales, colegas en el sentido propio. La relación de los profesionales con los colegas de profesión está muy marcada por el sentido de pertenencia compartida por un determinado tipo de actividades y en prestar determinados servicios. Estas actividades profesionales exigen conocimientos y habilidades especiales que no todos pueden cultivar y tener en la misma medida. Se terminan profesionalizando aquellas actividades relevantes las que sólo se alcanzan con dedicación. Para realizarlas con competencia, se establece cierto periodo de preparación en el que se adquieren los conocimientos teóricos y habilidades prácticas que convierten al lego en experto o al menos en inicialmente competente. Ser competente y ser experto significan inicialmente lo mismo. Pero competencia significa además el ámbito en el cual uno es competente. La competencia empieza siendo el conjunto de conocimientos y destrezas que debe adquirir y tener el profesional. El modo de relacionarse cada profesional con los colegas de su profesión esta centralmente determinado por esta competencia adquirida y reconocida en hacer, o al menos, de hacer con la misma competencia. Por lo tanto, los profesionales saben de que hablan cuando comentan los temas de sus respectivas profesiones, tiene su propia jerga que difícilmente entienden otros. La jerga profesional tiene además la funcionalidad de marcar las diferencias entre quienes entienden la jerga y quienes no. Cada profesión, busca el monopolio del ejercicio profesional en el ámbito de su competencia. La culminación del proceso de profesionalización se alcanza cuando llega a consolidarse el monopolio sobre un campo de actividades ocupacionales. Nadie puede entonces meterse en el terreno de otros profesionales; si lo hace puede ser acusado de intrusismo. En este sentido de pertenencia puede ser más fuerte o débil, según sean las diferentes profesiones. Según sea su lugar social, más o menos prolongado, intenso o cohesionado el proceso de socialización compartida, más o menos contacto entre los miembros de una misma profesión y según estos contactos favorezcan más la cooperación y la cohesión, o por el contrario los conflictos entre quienes la ejercen. Sin embargo, también existe la competencia, derivadas de lo que es la obtención de bienes intrínsecos (jerarquías en la estima y poder social) mientras que los bienes extrínsecos dan lugar fácilmente a la competencia (leal y desleal) y a los celos. Los bienes intrínsecos en la práctica sólo pueden alcanzarse haciendo esa práctica, las cuales son esencialmente cooperativas. En cambio, los bienes extrínsecos como el dinero, poder, prestigio o estatus, pueden ser conseguidos mediante buenas o malas prácticas. Estas competencias y habilidades han ido siendo adquiridas mediante un largo esfuerzo compartido, y han sido transmitidas a la siguiente generación mediante el estudio, el aprendizaje y la socialización. En las relaciones entre colegas, también, suele aludirse la obligación por velar por el buen ser, la buena imagen, en buen hacer y la ayuda mutua. La lucha competitiva por los ámbitos de competencias es a la vez la lucha por el reconocimiento de la propia identidad profesional, ser reconocidos y respetados como profesionales. Competencias hay muchas; se puede colaborar, competir o entrar en conflicto dentro del propio campo profesional o con profesionales con los cuales se comparte el contexto. Para esto, las diferentes profesiones tienen que abrir espacios de reconocimiento mutuo y formas de colaboración. Ya que sin el reconocimiento de las diferencias no hay dialogo, si dialogo no habrá acuerdo y sin ponerse de acuerdo difícilmente habrá colaboración. El diálogo debe ser interdisciplinar, y por lo tanto la cooperación entre diferentes especialidades.
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