lunes, 2 de octubre de 2017

Comentarios a los criterios fundamentales del ejercicio responsable de toda profesión


La persona 


La palabra persona hace referencia a un ser con poder de raciocinio que posee conciencia sobre sí mismo y que cuenta con su propia identidad. El ejemplo excluyente suele ser el hombre, aunque algunos extienden el concepto a otras especies que pueblan este planeta. Una persona es un ser capaz de vivir en sociedad y que tiene sensibilidad, además de contar con inteligencia y voluntad, aspectos típicos de la humanidad. 

La vida

La palabra vida procede del vocablo latino “vita” y es una propiedad o fuerza interna que le permite a quien la posee cumplir las llamadas funciones vitales: nacer, crecer y reproducirse, para luego morir, aunque existan diferencias entre los vivientes, en sus modos de gestarse, de actuar, de alimentarse, de relacionarse, de respirar, etc.

La importancia de la ética en la vida cotidiana es fundamental ya que mediante los valores y la conducta moral equivale al modo de comportamiento humano donde se basan en unos principios fundamentales y objetivos, estos principios se asocian a valores que tenemos nosotros como seres humanos y que nos permiten actuar de acuerdo a las diferentes situaciones presentes durante nuestra vida.

La verdad

El significado empírico de la verdad: puesto de manifiesto por el amplio y rápido desarrollo de las ciencias positivas. Aquí la verdad coincide con la verificabilidad; es verdad lo que es comprobable y cuantificable, pero en la superación de todo monismo positivista. La veracidad es /virtud moral. Como tal es actitud de toda la persona: disposición de la libertad, que yo soy, a la verdad. Y es virtud social, que abre a los demás, cualificando y promoviendo las relaciones. La veracidad es virtud de fidelidad: fidelidad a la verdad y en la verdad.

El hombre y la verdad El hombre se mide por la verdad y es medido por ella. Este ser, que es centro y señor del universo, no está por encima de todo, no es dueño y árbitro de una existencia carente de significado. Él está por debajo de la verdad, de la cual todo el ser y el existir recibe sentido y valor. La verdad hace la vida: la funda, la dirige, la finaliza. El hombre la busca y la acoge como promesa de libertad y creatividad.

La justicia (distribuida y conmutativa)

Es el principio moral que inclina a obrar y juzgar respetando la verdad y dando a cada uno lo que le corresponde.

La justicia distributiva regula las relaciones del bien común de la sociedad con los particulares. En ningún caso esta forma de justicia obliga a la distribución del bien común –puesto que, o no existiría como tal, o lo reduciríamos a una cuestión sólo material-. Este tipo de justicia obliga a que, en caso de que haya que distribuir un bien común entre los miembros de una sociedad, dicho reparto sea proporcionado a los méritos de los beneficiarios, del mismo modo que la contribución de estos al conjunto ha de ser proporcional a sus posibilidades. Es así como regula simplemente el modo en que se ha de distribuir ese bien común, no la cantidad material del mismo, que compete a la justicia legal.

La justicia conmutativa es el compromiso personal de cada uno con el otro; la justicia me obliga a reconocer al otro en cuanto tal otro sin necesidad de que me otorgue nada a cambio. Podríamos decir que, en un cierto sentido, cuando nuestro compromiso personal por la justicia es real no estamos haciendo más que lo que debemos, no es un acto de generosidad, estamos dando a la realidad personal y social el valor que merece.


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